La Saga de Hervör, fue compuesta originalmente en el siglo XIII, y es una de las mejores muestras del género literario islandés «sagas de los tiempos antiguos», dónde, como dijimos, predominan las referencias a personajes, deidades, hazañas y lugares legendarios en la antigua historia del norte europeo.
En ésta, a mí me llamaron la atención las referencias al dios Odín, que ya comentaré con detalle… Para empezar, os contaré de qué va.
Primeramente, se nos relata la historia del origen de la espada Tyrfing, verdadera protagonista de la saga, una espada forjada por dwergar (¡cómo no!) que produce a quien la blande «curiosas» contrapartidas.
Este tema es recurrente en la literatura nórdica, y su influencia es tan importante, que ha inspirado a autores modernos, como Poul Anderson, a expresar su visión sobre las espadas malditas en «la espada rota», un relato moderno en el que elfos, orcos y hombres luchan por un reino.También vemos esta influencia en Michael Moorcock, quién tanto en Corum cómo en Elric de Melnibolné nos dibuja a este tipo de personajes, y hace de su Stormbringer (atraedora de tormentas) una buena hija de la misma Tyrfing de la que hablamos, pues sus características son casi idénticas (debe beber sangre siempre que es desenvainada, por ejemplo).
¿No os suena un poco ésto al Señor de los Anillos? La espada rota, su dueño maldito (el daño de Isildur) y su relación con otros seres inequívocamente no humanos… Efectivamente. J.R.R. Tolkien está también muy influenciado por sagas y relatos nórdicos, y al parecer, esta misma saga de Hervör era una de sus favoritas. Otro día os sigo contando, que esta saga da para bastante más…