Te llamamos, Frigga, desde tus salas de niebla en Fensalir, Reina omnisciente, norn-wise, La querida compañera de Odhinn, espléndida reina de tribus, Bendecido en triunfo, uniendo a la gente. Amante de tu pueblo, señora de mente brillante, Bridler de parentesco, bourne de parentesco. Protector y pacificador, diosa amiga: Sus bendiciones nos dan, a bebés y […]
Hijo de furia, padre de la fuerza, Hijo de la Tierra que todo lo soporta, El maestro de Mjollnir, el escudo de Midgard, Guardando todos los wights de valor; Animo tu martillo, con guantes de confianza, Valora el bastón que manejas; Valiente tu cinturón, tronando Thor Sosteniendo ferozmente el campo. El más grande de los
Odin, ¿qué has sacrificado? ¿Tu vida para leer algunas cartas? ¿Tu ojo por un sorbo de agua? ¿Tu felicidad con Gunnlod por hidromiel? Odin, ¿qué has roto? ¿La espada de Sigmund cuando la necesitaba dolorida? Corazones traicionados de promesas pronunciadas? ¿Y más de un juramento que hiciste? Para ti, los que te aman son hadas
La nieve cae me levanto Su carga blanca entierra el paisaje. Mis raquetas de nieve se deslizan ligeramente por encima Pellizcos helados en los talones Me muevo más rápido, mis músculos fuertes se calientan El hambre corta con fuerza mis entrañas Las huellas en la nieve conducen a la presa Mi padre es asesinado Un
Las gaviotas traen noticias de ti a quien le va ampliamente Para decirle a los peces dónde encontrar nuestra red; Han volado desde Noatun para reclamar sus acciones, Como tú en casa, tanto en seco como en mojado. Dentro de tus aguas juega las hermanas nueve Quienes se deleitan con el brillante sonrojo de Sunna,
Salve Odin, el maestro de la sabiduría sin contar: sin pensar en volar más rápido, sin recuerdos tan viejos. Salve Odin, el guardián de la poesía: sin éxtasis más profundo, sin frenesí más cierto. Salve Odin, el cambio de cara y de nombre, a través de todos los mundos, pero siempre igual. Salve Odin, el
GYLFAGINING (el encantamiento que sufrió el Rey Gylfi) I. El rey Gylfi gobernó la tierra que los hombres ahora llaman Suecia. Se cuenta de él que le dió a una mujer errante, a cambio de su júbilo, una tierra para arar en su reino, lo que hasta cuatro bueyes pudieran lograr en un día y
